Hoy día es posible escoger el sexo de tu hijo
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La selección de sexo prenatalmente puede hacerse con distintas prácticas y por distintos motivos, como para prevenir una enfermedad heredada exclusiva de un género, o para balancear la familia: padres que tienen muchos niños y quieren una niña o viceversa.

Para hacerlo, hay varias alternativas: la selección de embriones para su transferencia e implantación después de fertilización in vitro (FIV), la selección previa de esperma con el cromosoma deseado y/o la terminación selectiva de un embarazo.

El doctor Francisco Arredondo, director médico de la clínica RMA en San Antonio, Texas, es especialista en fertilidad. Junto con sus colegas ayuda a las parejas que lo visitan a planear sus familias o “balancearlas”, el término que el doctor prefiere. Para lograrlo se acude a un proceso llamado diagnóstico genético pre implantacional (DGP) al cabo de  una fertilización in vitro (FIV). Esta última consiste en fecundar óvulos con espermatozoides fuera del cuerpo de la madre. Los ovocitos fecundados son entonces transferidos al útero de la mujer para que continúe su desarrollo hasta el parto.

La selección de esperma es un proceso sencillo. El Instituto Ingenes de México lo describe en cuatro pasos. Primero se procesa y tiñe la muestra de espermatozoides con un color fluorescente que se adhiere al ADN de los espermatozoides. Luego, estos pasan por un rayo de luz que ilumina el tinte y hace que brillen. Los espermatozoides portadores del cromosoma X absorben más tinta y son más grandes, por lo que brillan más. La computadora identifica la diferencia por el brillo y los separa. Finalmente, se elige la muestra de espermatozoides con el cromosoma deseado y se utilizan en el tratamiento elegido de reproducción asistida.

Sin embargo, el doctor Arredondo asegura que el método no es efectivo. “Diferenciar a los espermatozoides por el tamaño es prácticamente imposible. La práctica funciona en medicina veterinaria, no en personas”. En cambio, él aboga por el DGP.

Esta no es una prueba diseñada únicamente para saber el sexo de un embrión, sino un procedimiento médico preventivo que ayuda a las familias a evitar enfermedades genéticas en sus bebés.

Para llevarla a cabo, se hace una fertilización in vitro que en cinco días formará un pre embrión de entre 120 y 200 células. El médico toma dos o tres células de este y las analiza.

“Puedes analizar muchas cosas” dijo el doctor Arredondo. “Primero se hace un estudio del número de cromosomas. Si este embrión tiene 46 cromosomas y uno de esos es X y el otro es Y, sé que es normal y es varón”. Pero el análisis puede revelar mucho más. “Con estos estudios podemos determinar cualquier anomalía del número de cromosomas. Si tienes uno extra del 21 es indicativo de un Síndrome de Down. O si tienes menos, como un 45 x0 sabes que se trata de un síndrome de Turner (mujeres con problemas reproductivos, algunas con deficiencia mental y problemas cardiacos)».

Además, Arredondo asegura que la fertilización in vitro aumenta la posibilidades de embarazo. “Ya seleccionado el embrión, el porcentaje está entre el 65 y 70 por ciento de éxito. Normalmente la tasa de éxito de una mujer en sus 20 que tiene sexo durante la ovulación, es de solo el 25 por ciento. Lo que hace más alta la posibilidad es la frecuencia de relaciones sexuales”.

Los padres tienen cuatro opciones para los pre embriones que no fueron seleccionados: donarlos a estudiantes de embriología, o a la investigación de especialistas en el campo, congelarlos para después tomar una decisión y descartarlos.

La selección prenatal de sexo es legal en Estados Unidos y en México, aunque la prueba no está tan generalizada en todas las clínicas de fertilidad. En 2008, un estudio de la publicación Fertility and Sterility reportó que tan solo el 42 por ciento de las clínicas que ofrecen el DGP en EE.UU. lo hacen por selección de sexo, no por motivos médicos.

Más allá de la posibilidad de elegir el sexo, Arredondo sostiene que  el DGP debería contemplarse dentro de los planes de salud provistos por el Estado. Una de las enfermedades genéticas más comunes es la fibrosis quística, que puede prevenirse fácilmente eligiendo embriones portadores pero no enfermos, o bien, libres del gen que la provoca. El tratamiento de la fibrosis quística resulta, a la larga, mucho más caro que el procedimiento pre natal. Así podría romperse la brecha de salud entre personas con recursos y aquellos que no los tienen.

Una nueva tecnología en desarrollo promete poder “editar” información genética rápido y más barato, tanto para prevenir o tratar enfermedades, como para que los padres puedan elegir mucho más que el sexo de sus hijos.

CRISPR-Cas9 necesita de un pedazo de ARN (Ácido Ribonucléico) que se dirige a una sección específica de ADN y la enzima nucleasa, que elimina genes y los sustituye por otros. Los padres del futuro podrían elegir que su hijo fuera alto, castaño y de ojos violeta de manera rápida, sencilla y precisa.

Asimismo, podría utilizarse para prevenir enfermedades como Alzheimer, cáncer y la mencionada fibrosis quística. O podría tener usos de producción y protección de especies animales o vegetales resistentes a infecciones y bacterias.

LS

Con información de Sipse.com.

Fotografía Gettyimages.

 

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