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La semana pasada se descubrieron fosas comunes en la ciudad fronteriza de Ureña. Ahora, los familiares de secuestrados y desaparecidos en la localidad exigen al gobierno la participación de médicos forenses colombianos y argentinos en la identificación para salir de dudas.

Cada vez que se encuentra una osamenta, deben luchar por conocer la identidad del cadáver. “Esto es duro. En realidad, estamos olvidados. Nos dicen que los casos están en proceso, pero no queremos procesos.

Queremos una buena investigación. No vemos que estén trabajando. Si me tienen que entregar huesos, que me entreguen los huesos, pero quiero saber qué pasó con él”, dijo Carmen Luna, madre de Jesús Alberto Vera Luna, desaparecido en diciembre de 2009 al dirigirse a su casa en Rubio.

Juan Pabón, hijo Ana de Dios Pabón y hermano de Anthony Pabón, secuestrados el 3 de diciembre de 2003 en Cordero, aseguró que el Grupo de Antiextorsión y Secuestro (GAES) perpetró el hecho. “Todo el tiempo estamos pensando que nuestros familiares aparezcan por allí en una fosa común.

El Estado nunca nos ha dado respuesta al respecto. En Táchira hay 26 desaparecidos, algunos secuestrados por organismos de seguridad y otros por grupos irregulares, y todos estos casos están impunes”, expresó.

AG

Con información de El Nacional

REUTERS/Jorge Dan Lopez

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