DOBLE LLAVE – «Después de una noche de sueño inadecuado, la actividad cerebral aumenta en las regiones sensibles al dolor y se reduce en las áreas responsables de modular la forma en que percibimos los estímulos dolorosos», reseña una nueva investigación científica.
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La investigación supone la primera explicación de la relación entre el sueño y el dolor basada en el cerebro.
Estos resultados también ayudan a explicar el círculo vicioso que se crea con la carencia de sueño debido al dolor y el posterior ciclo de dolor crónico e incluso la adicción a los opioides.
En dos estudios, uno en un laboratorio del sueño y el otro por internet, el equipo demostró cómo el cerebro procesa el dolor de manera diferente cuando las personas están privadas de sueño y cómo la calidad del sueño y la sensibilidad al dolor pueden cambiar de una noche a otra.
Dayana López La Rosa / @dayanalarosa
Con información de EFE y otros medios
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