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DOBLE LLAVE – Una de las constantes labores del periodismo es hacer verificación de datos en menor o mayor medida, ya que ello implica poder constatar la información y ofrecer a las personas noticias procesadas y auténticas.

En los últimos años esta premisa se ha hecho más necesaria, ya que las sociedades se enfrentan a las fake news o noticias falsas.

Para hacer frente a este problema comunicativo, los profesionales de la prensa han comenzado a implementar el fact-checking con el objetivo de hacer desacreditar la ola de noticias sin fundamento que comenzaron a inundar la web.

La exclusividad del chequeado

La labor exclusiva de fact-cheking se inició en el 2003, con el portal web FactCheck.org, dirigido por el periodista estadounidense Brooks Jackson. Posteriormente, esta metodología de trabajo se extendió por el mundo y se asentó en medios como: Politifact, Channel 4 News Fact Check y Les Décodeurs.

En el 2010, Latinoamérica se sumó a este movimiento de verificación de datos con Chequeado.com, una web argentina, que trabaja “para revalorizar la verdad y elevar el costo de la mentira”. Después de esto, el trabajo de los chequeadores llegó a Colombia, Brasil, Uruguay, El Salvador, México y Perú.

En el caso de Venezuela, el fact-chenking se ha llevado a cabo de la mano de dos portales: El Cambur y Cotejo, dos medios que de forma progresiva se han encargado de analizar los datos y discursos ofrecidos por los políticos y voceros del país.

Métodos de verificación

A nivel internacional se ha formado una red de organizaciones de fact-checking que han estandarizado sus métodos de chequeado con el objetivo de crear un estilo objetivo y útil para “mejorar la calidad del debate público” comenta Laura Zommer, Directora ejecutiva y periodística de Cotejo. Este método consiste en 4 etapas y 8 pasos, los mismos son:

Etapa I

  • Paso 1: seleccionar una frase del ámbito público y cuya chequeabilidad sea posible con hechos y datos. Así mismo, se deben buscar indicadores como: localidad, estadísticas y comparación, siendo esta última característica con datos obtenidos bajo un mismo método.
  • Paso 2: ponderar la frase en base a tres putos: quién lo dijo, relevancia del tema y alcance de la afirmación.

Etapa II

  • Paso 3: consultar a la fuente original, para que pueda dar su versión de lo chequeado.
  • Paso 4: chequear fuentes oficiales.
  • Paso 5: verificar fuentes alternativas.

Etapa III

  • Paso 6: ubicar los resultados en contexto con la ayuda de expertos, es decir, consultar a algún especialista en el tema, para que ayude a ordenar los datos obtenidos y de esta forma contrastarlos con antecedentes históricos o periodos de tiempo específico.

Etapa IV

  • Paso 7: confirmar, relativizar o desmentir.
  • Paso 8: calificar la frase chequeada en base a los resultados en: inchequeable; verdadero, pero…; discutible; apresurado; exagerado; engañoso; insostenible y falso.

Un proceso lleno de desconfianza

Los chequeadores se caracterizan por mantener una constante suspicacia hacia el discurso emitido por líderes políticos o voceros de influencia en la sociedad.

Zummer señala que en esta labor es indispensable “desconfiar de todo, chequear los enlaces, googlear los textos, hacer un búsqueda inversa de imágenes y usar búsquedas personalizadas”.

La directora de chequeado agrega que actualmente el consumo de la información se hace en su mayormente a través de un ordenador y los teléfonos; ante esto propone que la presentación de resultados del fact-checking se hace en formato de:

  • Vídeos: posteados en las redes sociales para tener mayor difusión.
  • GIF: posteables en Twitter o Facebook.
  • Audios: en los que se incluyan declaraciones, entrevistas y una explicación punto por punto de la investigación.
  • Imágenes: las mismas sirven para facilitar el consumo rápido y fácil de comprender.
  • Especiales: publicar trabajos con una extensión mayor a lo usual, en el que se haga una exposición concreta y entendible de la frase chequeada.

Un punto que resalta Zummer, es que el formato bajo el cual se presentará la información debe ser creado en base a cada una de las plataformas de publicación a emplear y que sumado a ello, se debe contar con personal especializado para la elaboración de estos materiales.

Además de ello, resalta que la ética debe guiar estas investigaciones, ya que el principal objetivo de los medios que se dedican al chequeado no es desacreditar, sino verificar los discursos a través de datos y hechos debatibles.

Bárbara Méndez / @barbie_zml

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