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Una caraqueña y un puntofijense se unieron para ofrecerle a la ciudad del amor un pedacito de su país, creando un «food truck» (camión de comida) venezolano.

Luis y Daniela se conocieron por la causalidad del destino: él trabajaba en las cocinas del alto cocinero Joël Robuchon, luego de haber abandonado los pozos petroleros de Schlumberger Venezuela, para estudiar en la escuela de alta cocina “Le Cordon Bleu”. Ella vivía en Francia con un francés que conoció mientras estudiaba en Madrid, después de abandonar su carrera periodística en Caracas.

Sin muchas esperanzas, Daniela le propuso a Luis emprender con esta aventura, y él aceptó. Luego de reflexionar, nació la idea de Ají Dulce y después de seis meses de trabajos administrativos, estaban listos para cocinar.

Su idea es evolucionar para que Luis pueda crear enfocándose en la gastronomía venezolana. Así ingenió las arepas de asado negro criollo, pernil, confit du canard y mojito en coco, basada en la receta tradicional marabina. También ofrecen otros platos tradicionales como la cachapa, junto a  jugo de parchita y el papelón con limón. Los postres típicos tampoco faltan.

La mayoría de los clientes son franceses que disfrutan de la novedad. Daniela cuenta que llegan con timidez y se sorprenden de la generosidad del venezolano.

Los «food trucks» están obligados a ofrecer calidad, trabajar productos locales, ser originales y tener mucha estrategia comunicacional, pues las reglas de su sector no son muy claras. Ají Dulce no se escapa de esta ecuación y por eso se mueve por París sirviendo a una comunidad distinta cada día. Nunca los encontrarás en el mismo lugar.

AG

Con información de Root Salad

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