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DOBLE LLAVE – En anterior entrega plantemos el tema de la conveniencia y necesidad de mantenernos atentos, promoviendo la responsabilidad y la ética en cuanto a los métodos de recopilación y uso que se da a los datos, y más específicamente a la actividad de “big data”. Asimismo comentamos sobre cómo con nuestra anuencia o sin ella se nos puede utilizar como influenciadores y contribuyentes, pues se nos extrae información relevante que incluso no nos pertenece, como en el caso de datos de contactos de terceros y archivos multimedia al momento de instalar algún aplicativo en los smartphones.
Ahora evidenciaremos un par de casos de cómo se nos extrae información personal que suministramos sin pensarlo mucho, como el fondo que Facebook puso a disposición de los usuarios en su foto perfil para apoyar a la comunidad gay, así como también los íconos que Whatsapp publicó recientemente donde el usuario elige el color de piel de su “manito”. Allí estamos respondiendo preguntas muy significativas sin darnos cuenta.
Tampoco podemos dejar de citar estrategias de agencias de marketing que publican anuncios controversiales y con ellos detectan las preferencias, pues analizan las conversaciones que generan dichos avisos, creando las condiciones para que se materialicen unas especies de grandes y abiertos “focus group”.
Queramos o no, estamos siendo colaboradores constantes del “big data”, alimentando cada vez ese cúmulo de información en cada una de las plataformas y con el que se puede predecir el comportamiento de una comunidad luego de hacer la minería de datos correspondiente y el análisis apropiado; lo que será utilizado seguramente para una próxima campaña de marketing digital y así obtener el mayor beneficio durante el tiempo que aplique.
Pudiera resumir los párrafos anteriores como la necesidad de encontrar todas las dimensiones posibles, concretas y vigentes de cada usuario para segmentar hasta el máximo nivel de especificidad la audiencia de interés, así las agencias publicitarias maximizarían el éxito e impacto de su inversión al comprar los Ads (anuncios publicitarios digitales) que mejor funcionarían para sus campañas en las plataformas seleccionadas.
Pero ¿es privada la privacidad?
Más allá de que existen algunas técnicas para evadir un poco el seguimiento a nuestras cuentas utilizando un navegador como TOR (The Onion Router), con la modalidad de navegación en modo privado y evitando permitir que muchos de los sitios visitados guarden nuestras cookies o historial, es evidente el interés de las plataformas en mantener la sesión activa de los usuarios para saber todo lo que puedan de nuestros movimientos no solo en las redes y sitios visitados, sino también a través de nuestra geolocalización a través del GPS mientras lo tengamos encendido.
Los mecanismos y técnicas mencionadas deberían suponer una mejor experiencia de navegación y una mayor facilidad para los usuarios de conseguir lo que realmente están buscando; eso nos parece razonable, aunque será difícil no obtener resultados sesgados por muchos factores que son considerados por los algoritmos de cualquier plataforma.
Recordemos aquella frase que dice “Lo que pasa en las Vegas se queda en las Vegas”, igualmente “Lo que pasa en Internet se queda en Internet”. Es por ello que cada acción en cada uno de nuestros perfiles de redes sociales, microblogs o sitios de comercio electrónico permanecerá en dichas plataformas para ser analizada constantemente y haciendo de nosotros unos ingenuos influenciadores y colaboradores del big data.
El ingeniero Daniel Riveros explica cómo respondemos preguntas muy significativas sin darnos cuenta.
Para los amantes del cine y las historias que este refleja, nuestra reflexión se orienta a decir que el asunto o circunstancia seguramente no es tan severa como la “Matrix”, pero no deja de ser preocupante como el guión de “Ex Machina”.
Especial para Doble Llave
Ing. Luis Daniel Riveros
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