Conoce cómo defenderte ante el peligro en la calle

DOBLE LLAVE — El asesor de seguridad física y corporativa Francisco Salvador ofreció hace pocos días un taller especial teórico/práctico en el que los asistentes pudieron aprender técnicas básicas para evitar una pelea con desconocidos. Aquí les compartimos algunas recomendaciones del especialista.

Bien es sabido que en la calle podemos encontrarnos con personas que no reaccionan de manera pacífica y pueden llegar a hacernos daño si no actuamos a tiempo. Y como no podemos responder por los actos ajenos, pero sí por los propios, hoy te diremos qué indicaciones brindó el instructor para resguardar la seguridad física.

Fases del conflicto

Todo conflicto está conformado por tres fases:

• Preconflicto. La situación que desencadena un conflicto. Lo ideal es evitar dar pie a peleas de ningún tipo, por lo que el individuo debe optar por alejarse del sitio donde pueda provocarse alguna y no participar en enfrentamientos innecesarios.
• Conflicto. El conflicto propiamente dicho (discusión, pelea). Si fue inevitable retirarse a tiempo, lo mejor es tratar de dialogar con la persona que genera la discordia sugiriéndole soluciones, en especial que sean logradas a través de terceros (por ejemplo, un seguro en caso de choque). Generar empatía también ayuda a que el otro sea persuadido y deje de lado el pleito.
• Posconflicto. Lo que ocurre luego del conflicto. En el mejor de los casos, todo quedará en palabras y no pasará a mayores.

Consciencia situacional

La consciencia situacional consiste en identificar una situación de riesgo dentro de un entorno que aparentemente luce normal. El peligro puede llegar a pasar desapercibido para muchas personas, por lo que desarrollar este estado de consciencia podría ayudar al individuo a escapar del mismo antes de que ocurra algo negativo.

Entre los factores que representan un riesgo para nuestra integridad física y la de nuestros bienes se encuentran:

• Tipos de violencia.
  • Emocional o psicológica (gritos, insultos, amenazas, humillaciones, intimidación, etc.)
  • Física (golpes, jalones, uso de la fuerza, maltrato físico, etc.)
• Lenguaje verbal y corporal.
  • Lenguaje verbal (lo que el individuo expresa con palabras pronunciadas)
  • Lenguaje corporal (gestos y movimientos que realiza)
• Víctima potencial. Según un estudio del Dr. Stein (1984), suelen ser jóvenes, ancianos, personas de apariencia insegura, débiles, dispersos y faltas de atención.
• Señales de riesgo. Algunos indicadores potenciales de violencia y/o agresión física son:
  • Expresión facial tensa
  • Incremento en la actividad motora
  • Comentarios hostiles
  • Conducta provocadora (incitando al conflicto)
  • Actos manifiestos de violencia
  • Posesión de instrumentos de destrucción (cuchillos, armas de fuego)

¿Qué se debe hacer ante una situación de riesgo?

Lo principal es evitarla. Si el individuo percibe alguna señal o indicador de que algo malo va a pasar, es mejor que se retire del lugar mientras le sea posible. Si no hay manera de conseguirlo, y el posible agresor va a atacar, la respuesta debe ser inmediata, en cosa de segundos. De esta manera, la víctima podrá ganar tiempo para retirarse del sitio.

Claves rápidas para salir airoso de una situación de riesgo:

• No demostrar miedo ni dar la espalda al atacante.
• Evitar contacto visual sostenido.
• Emplear un tono de voz adecuado, ni brusco ni débil.
• Utilizar frases simples, sin mucho argumento. En estos casos es mejor dejar que el agresor se exprese.
• Indicarle al agresor que no es necesaria la violencia para resolver el conflicto. Y proponer la negociación.
• Mantener las manos en alto y tratar de estar a una distancia prudente del atacante (120-360cm).
• Tener un plan de escape, por si la situación se sale de control.

Si se toman en cuenta estas claves, es posible pasar del preconflicto al posconflicto sin necesidad de experimentar el conflicto como tal.

Andreina Gutiérrez Romero / @ninakolster

Con información de El Sumario