Algunas marcas de vehículos usan botellas de plástico viejas para fabricar los asientos de sus automóviles
0

En Daimler casi todos los elementos negros de plástico en un Mercedes tienen un pasado. Por ejemplo, los arcos de las ruedas, que es cada vez más habitual que estén hechos de guardafangos antiguos. «Se recogen de los talleres y se procesan», explica Anita Engler, responsable en Daimler de Desarrollo Medioambiental de Productos. A veces se le agregan trozos de plástico de tapas de botellas o carcasas de la batería de arranque.

En el coche eléctrio BMW i3, por ejemplo, cerca del 25% del plástico proviene de materiales reciclados, explica Steffen Aumann, director de Reciclaje en el grupo BMW. También partes de los asientos se hacen con botellas de plástico. Opel afirma que en el pequeño modelo Adam hay 170 componentes hechos de plástico reciclado. Y Daimler asegura que en la actual Clase S de Mercedes el peso de las piezas realizadas con plástico reutilizado es de 49,7 kilos, un 134% más que en la generación anterior, afirma Engler.

El uso de materiales reciclados en la construcción tiene una ventaja para muchos fabricantes ya que por ejemplo reduce el consumo de energía en la producción. Opel cifra el ahorro de CO2 en un 30%, porque ese plástico reutilizado se produce con temperaturas más bajas y con menos presión. Según la normativa de la Unión Europea, desde este año se eleva del 85% al 95% del peso de los materiales de un vehículo que debe poder ser reciclado. Para que eso funcione, ya debe integrarse un concepto de reciclaje en la misma producción.

Pero eso no quiere decir que los fabricantes siempre se puedan servir de módulos reutilizados de modelos antiguos. «Un Mercedes tiene una vida útil de casi 18 años», explica Engler. Si se cuenta el proceso de desarrollo de un vehículo, entre la selección de materiales hasta su reciclaje pasan de 20 a 25 años y en ese tiempo, el salto tecnológico es notable, argumenta.

Mucho menos compleja es la reutilización de metales viejos. El 100% del acero de una carrocería se puede reciclar. De hecho se usa para los nuevos modelos y no hay problema por mezclar otros metales con los viejos durante la producción. No pasa así con el plástico, según explica Anita Engler: «A diferencia de con los metales, con las aplicaciones plásticas hay que realizar una prueba separada del material reciclado para cada parte del vehículo».

De este modo, en el Adam se encuentran recubrimientos de faros o fijaciones del guardabarros hechas de plástico reciclado. Incluso el tubo de aspiración del motor, que debe soportar temperaturas de entre 40 grados centígrados negativos y 200 positivos, es de material reutilizado.

Pero hay límites para el uso de reciclados. «Estructuras de choque o piezas que están relacionadas con el airbag no se hacen con materiales reciclados», dice Anita Engler, de Daimler. Esos productos presentan una mayor dispersión en las oscilaciones y en la resistencia a impactos, algo que se debe equilibrar agregando aditivos o durante el proceso de producción, explica Engler, que los rechaza para los componentes más relevantes de seguridad.

AG

Con información de dpa.

Fotografía Uwe Fischer / BMW / dpa-tmn.

Bajo determinadas circunstancias, los materiales reutilizados pueden ser superiores a los nuevos, como ha comprobado Opel, ya que son menos propensos a deformarse.

Bajo determinadas circunstancias, los materiales reutilizados son menos propensos a deformarse, como ha comprobado Opel.

 

Diabéticos, viajen con prevención

Entrada anterior

Hay plata en los videojuegos

Siguiente entrada

Comments

Comments are closed.