El jugador egipcio tendría cerca de una hora para alimentarse antes del partido más importante de su carrera
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DOBLE LLAVE – Como goleador de la Premier League y segundo máximo anotador de la temporada europea, el egipcio Mohamed Salah sabe que los ojos del planeta fútbol le apuntan, pero en la víspera de la final de la Liga de Campeones ante Real Madrid, el delantero de Liverpool también atrapa la atención por el cansancio físico que podría arrastrar en medio del Ramadán.

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Ocurre que la final de la Champions coincide con la segunda semana del Ramadán, el mes sagrado para los musulmanes, que implica un ayuno total (de alimento y bebida) entre el amanecer y el atardecer desde el 16 de mayo al 14 de junio. Para Salah, en Kiev, podrían suponer más de 15 horas de ayuno diario justo en la preparación para el partido más importante de su carrera y del Liverpool en los últimos 13 años, cuando ganó su última Orejona (2005).

El día de la final entre Liverpool y el vigente bicampeón Real Madrid, según el calendario lunar correspondiente al huso horario de Kiev, los practicantes deberían ayunar entre las 5.13 de la mañana y las 20.36. El kick-off será a las 21.45 hora local, por lo que Salah tendría cerca de una hora para hidratarse y alimentarse para los 90 minutos en el estadio Olimpiyskiy de la capital ucraniana.

Pero, ¿está obligado a realizar el ayuno? ¿Puede hacerlo «a medias»?, ¿Existen excepciones en el Corán? Especialistas y representantes del Islam han opinado sobre el tema en las últimas semanas. El gran Muftí de Egipto, Shawki Allam, se mostró comprensivo: «Aunque no se permite a los futbolistas posponer el ayuno, sería mejor que lo hicieran si pueden mientras están en competencia». «Los creyentes pueden posponer el ayuno mientras están de viaje«, añadió el teórico de derecho islámico al diario «The Egyptian Independent».

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La «excepción» en el ayuno que se aplica a los viajantes es para distancias superiores a 83 kilómetros de la residencia, según el Dr. Zakir Naik, fundador del Instituto Islámico de Investigación. Sin embargo, otros catedráticos son más restrictivos respecto de la interpretación del Corán. El predicador y activista egipcio Yasser Borhami considera que «el fútbol no entra en la categoría de ‘trabajo duro'», que sí autoriza a practicantes a obviar el ayuno durante la alta competencia. Tan sagrado como personal, el Ramadán queda a conciencia de cada creyente.

Por ejemplo, en la Eurocopa de 2016, el turco Mezut Özil, musulmán practicante, antes de viajar a Francia cumplió con otro de los cinco pilares del Islam y visitó La Meca, pero luego optó por no ayunar durante la competición. «Con el calor y los entrenamientos y partidos se hace muy duro para mí ayunar», contó el delantero de la selección alemana hace dos años. Si bien es físicamente demandante, «el aspecto espiritual y mental motiva a jugadores y les da la fortaleza anímica para compensar los desafíos físicos», dijo a dpa el director de la Asociación de Futbolistas Musulmanes del Reino Unidos, Islam Momani. Para la final en Kiev, el mismo dilema enfrentan en Liverpool el senegalés Sadio Mané y el turco-alemán Emre Can.

Y en Real Madrid, el argelino-francés Karim Benzema y el marroquí-español Achraf Hakimi. Benzema, sin embargo, señaló hace un par de temporadas que ya no practica el Ramadán debido a su condición de futbolista. Salah no se pronunció al respecto, aunque trascendió que «no incumplirá con el ayuno». «Salah, Can y Mané serán considerados ‘viajantes’ y pueden compensar los días de ayuno luego de la Champions, pero igualmente trabajan con fisioterapeutas y nutricionistas específicamente durante el Ramadán para asegurarse buena hidratación y una nutrición responsable», añadió Momani. En la previa a la final de la Champions, el defensor español Alberto Moreno se permitió bromear sobre el ayuno de su compañero Salah: «Mo tiene ahora el Ramadán, (así que) voy a comer y tomar por él; otra cosa no puedo hacer». Sobre los esfuerzos de competir durante el mes sagrado, Salah había dicho en 2014: «El Ramadán fue duro para mí porque teníamos dos sesiones diarias de entrenamiento y hacía mucho calor».

Cuatro años después, Salah está cerca de consagrarse en Europa y vuelve a enfrentar el dilema. La gloria le espera en Kiev en pocos días: puede ganar con Liverpool la Champions e individualmente la Bota de Oro… todo junto en medio del mes más importante para su religión y sus costumbres.

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Tras la final en Kiev, Salah ansiará regresar a Nagrig, su pueblo natal en el norte de Egipto, a compartir el ‘iftar’ (fin del ayuno diario) con su familia y amigos, rodeados de un buen plato de Kushari, su comida preferida a base de fideos, arroz, lentejas, garbanzos y cebolla. Pero no tendrá mucho descanso.

Enseguida deberá unirse a sus compatriotas para preparar el Mundial en Rusia. Y nuevamente surgirá el dilema del ayuno en el Ramadán, que termina un día antes del debut de Egipto ante Uruguay, el 15 de junio.

Por: Santiago Peluffo Soneyra

dpa

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