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DOBLE LLAVE – Como una solución a la situación de desabastecimiento de alimentos que se vive en el país, el gobierno nacional creó los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) lo cuales constituyen una nueva forma de organización popular encargada, junto al Ministerio de Alimentación, de la distribución casa por casa de los productos regulados de primera necesidad.

En este sentido, han surgido reacciones por parte de la población venezolana en torno al alcance que ha tenido este sistema de distribución. De acuerdo con una encuesta realizada por Hinterlaces, 52% de la población rechaza la medida y mientras que 47% la acepta. El reporte ejecutivo de la encuestadora realizado entre el pasado 28 de mayo y el 6 de junio, mostró que solo 21 de cada 100 personas se han beneficiado de la bolsa, mientras 79 de cada 100 aseguran no haberla recibido.

Freddy Bernal, jefe del centro de control y mando del estado mayor para los CLAP, ha asegurado en distintas oportunidades que se trata de una medida creada para “garantizar al pueblo el acceso a los productos alimenticios con la distribución directa en las comunidades sin exclusión alguna”. Sin embargo, algunos de los habitantes de las comunidades aseguran lo contrario.

En otras opiniones, el profesor y sociólogo, Francisco Coello, conversó con el equipo de redacción de DOBLE LLAVE para explicar un poco las reacciones que ha generado la nueva medida.

Al preguntarle sobre la respuesta de la población ante el nuevo sistema, el experto aseguró que el problema de la escasez se ha acrecentado y algunas reacciones han dado pie a una serie de actos que apuntan a la desobediencia civil lo cual se ha visto evidenciado en los distintos actos de protestas y presuntos intentos de saqueos en diferentes regiones del país.

De acuerdo con el experto, algunos de los factores que motivan a este tipo de conductas son el desespero y la indignación de la sociedad y asegura que “el problema en el país va más allá de una bolsa que contenga los productos de la canasta básica”.

Por otro lado, Freddy Bernal  reiteró que este tipo de conductas solo afectan lo que, según él, es una medida transitoria para combatir el desabastecimiento “producido por grandes cadenas de producción y distribución”.

Los procesos de repartición de los CLAP continúan en todo el país pero de igual manera, las reacciones negativas en la sociedad también lo hacen.

Katriz Luna

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