En el país no existen estadísticas que indiquen la cantidad de casos de esta enfermedad
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A lo largo de los últimos tiempos en Venezuela los casos de hepatitis se han mantenido estables. Así lo asegura la gastroenterólogo Gloria Urquiola, quien aclara que no existen estadísticas y que solo puede asegurarlo por medio de los casos que ella y sus colegas más cercanos observan en la práctica. Sin embargo, sí ha habido un pico en la hepatitis por dengue debido al incremento de contagios de esta enfermedad.

La hepatitis, como su nombre lo indica, es una inflamación del hígado, explica Urquiola. Sus tipos son innumerables, pues el órgano puede inflamarse por diversas causas: infecciosas, traumas, hígado graso, tóxicos, exceso de medicamentos o sensibilidades de cada quien.

Los tipos mayormente conocidos son “la hepatitis a virus A, a virus B y a virus C. En nuestro medio ahorita tenemos hepatitis asociada a infección por dengue, bastante frecuente en estas últimas temporadas en el país”, asegura.

Puesto que las hepatitis son variadas, para diagnosticarlas se debe estudiar al paciente que presente, por ejemplo, inflamación sugerida por los resultados del laboratorio con transaminasas elevadas, así como realizar un interrogatorio exhaustivo para dirigir el diagnóstico hacia la causa posible.

¿Cómo se contrae hepatitis?

En el caso de la hepatitis por dengue, la afección podría “llegar a afectar su hígado durante la fase aguda. Le ocasiona un proceso inflamatorio del parénquima hepático y no deja secuelas. Es un trastorno transitorio y de grado variable”, aunque el paciente podría fallecer.

La hepatitis A, según la especialista, se da por la contaminación de alimentos con partículas virales en materia fecal, ya que el patógeno se excreta por medio de las heces. Al ingerir alimentos contaminados y no contar con la inmunización adecuada, la persona es susceptible de contraer el padecimiento.

Para prevenir la dolencia “el lavado de las manos es importante al consumir y al preparar los alimentos”, igualmente se debe hacer especial atención al “adecuado manejo de las aguas servidas”.

Por su parte, la hepatitis B y C se contraen por secreciones corporales contaminadas. “La sangre, fundamentalmente, semen, lágrimas, todas las secreciones corporales de una persona con carga viral, si tienen entrada a través de heridas pequeñas o grandes en otra persona susceptible, pueden generar la enfermedad”, ilustra.

Esto implica que las prácticas comúnmente asociadas al contagio del sida se apliquen a estos virus: promiscuidad o inoculación con agujas compartidas. Además, “instrumentos tan sencillos como un corta cutícula contaminado con sangre, si no se esteriliza adecuadamente, y corta a otra persona» podría ser medio de infección. Lo mismo ocurre en las barberías con las navajas que no se cambien o limpien adecuadamente, añade.

Cabe destacar, que estos últimos casos se pueden en convertir en crónicos, puesto que se corre la posibilidad de que la persona no presente síntomas. Puntualiza que con las hepatitis anistéricas el paciente no se pone amarillo ni orina oscuro, y pasa la enfermedad como una gripe o malestar transitorio. Luego, al hacerse los exámenes serológicos salen positivos y al tratarse de hepatitis B o C podría haberse convertido en algo crónico.

“El 33% de los pacientes puede evolucionar a la cronicidad y de la hepatitis crónica puede llegar a una cirrosis y de una cirrosis a un hepato carcinoma, que es un cáncer de hígado. Por eso es que es muy importante vacunarse”, añade Urquiola.

Medidas de prevención y tratamientos en Venezuela

Existen vacunas para hepatitis A y B, no así para la C. Estas vacunas protegen y no traen efectos colaterales, salvo dolor en la zona. “No debería haber un niño que entre en el colegio sin tener las vacunas porque esa es una pauta de salud internacional de la Organización Mundial de la Salud”, enfatiza.

Quienes lo deseen, pueden vacunarse en centros de vacunación públicos o privados: la campañas del Ministerio del Poder Popular para la Salud, Locatel, Vacuven o pediatras.

Si se trata de hepatitis por dengue, se deben seguir las mismas normas para la eliminación del mosquito Aedes aegypti , el cual además transmite el virus del zika y chikungunya.

La enfermedad tiene medicamentos variados: “con drogas antivirales, con interferón, una terapia que se conoce como terapia inmunológica”, entre otros. Por suerte, en general los pacientes no han tenido problemas para conseguir los tratamientos, y aunque “ha habido fallas” se solucionan al poco tiempo, afirma.

No obstante, está el caso quienes tienen resistencia viral pues “requieren otro tipo de tratamiento antiviral o de tratamiento biológico que ya no se disponen y se necesita traerlo de afuera”.

Amanda Gómez

Fotografía Gettyimages.

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