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Tal como en la vida, el mundo de los negocios se encuentra en constante cambio, y sólo encuentran éxito quienes se adaptan o logran abordar nuevos desafíos y oportunidades de manera efectiva; es decir, los que salen de su zona de confort.

Y salir de esa zona implica movimiento y voluntad de hacer cambios. Para esto es necesario que la organización en cuestión logre alinear a su gente de forma tal que pueda tomar en conjunto las decisiones corporativas apropiadas.

Es necesario que las empresas desarrollen nuevas estrategias en relación a la cultura, el gobierno corporativo y la ejecución estratégica:

  • Cultura: las compañías deberían desarrollar una práctica que promueva el desarrollo de los conflictos de la organización atendiendo a principios holísticos y evitando que cada quien se enfrasque exclusivamente en lo que considera “su trabajo”; es decir, se debe promover una toma de decisiones que evalúen los efectos colectivos por encima de los individuales.
  • Gobierno corporativo: las empresas deben definir de forma clara y precisa qué objetivos quieren alcanzar y cómo planean hacerlo. De nuevo, la perspectiva colectiva se muestra preponderante. No hay que poner el foco sólo en establecer objetivos individuales de rendimiento y producción, en los que cada quien asuma su responsabilidad de forma aislada, sino que es necesario establecer una hoja de ruta hacia metas colectivas.
  • Ejecución estratégica: debido a que no hay garantías en la vida, y a que lo único constante es el cambio –cosa que sucede con mucha rapidez en los negocios–, se debe vigilar muy de cerca la forma en la que se está ejecutando el plan. De esta manera, se pueden realizar cambios oportunos, solicitados por el contexto, tanto en la forma de proceder como en los objetivos propuestos.

LS

Con información de El Observador

Fotografía Gettyimages

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